A ti, no necesito decir nombres ni apellidos, se que sabrás que es para ti lo que escribo.
Te agradezco tanto el que me hayas devuelto la felicidad (y no quiero decir que antes no fuera feliz), pero me refiero a esa felicidad que da el tener una gran mujer al lado.
Tu llegada fue tan sorpresiva, y es que, aunque desde hace tiempo estabas aquí… nunca te vi o no me dejaba verte.
Hoy, gracias a ti he vuelto a creer en que es bueno dedicar tiempo a alguien más que no sea yo, he vuelto a sentir cosas que hace mucho tiempo no sentía, esas cosquillas en el estomago cuando se que te voy a ver, esos nervios cuando estas cerca de mí, esas ganas de abrazarte y no dejar que te vayas mas, esa emoción de platicar con alguien que tan bueno o que tan malo estuvo el día, esas ganas de hacer todo y mas por verte sonreír (con solo una sonrisa tuya me dejas indefenso), esas ganas de estar contigo y nadie más.
Hay tanto que quiero escribir pero se me enredan las ideas, pero lo importante de esto es que estas conmigo, que a pesar de todo, a pesar del tiempo y los distanciamientos, tu me querías como hoy te quiero yo a ti.
Gracias.
